Tranvías de Burriana (Sociedad Burrianense de Tranvías)

La «Sociedad Burrianense de Tranvías» tuvo como promotor y adjudicatario al militar Vicente Peirats Rios, solicitante  de un tranvía con motor animal de Villarreal al Grao de Burriana con ramal al Ferrocarril de Valencia á Barcelona. Peirats Rios, fue igualmente el solicitante el 27 de agosto de 1894, del Tranvia de Valencia al Cementerio.

Esta solicitud del tranvia en Burriana, presentada junto con el resguardo de la correspondiente fianza y  proyecto redactado por el ingeniero facultativo Ramón Peris. En cuyo caso la Administración dispuso, el 6 de marzo de 1888, se publicara en el Boletin Oficial de la Provincia de Castellón la solicitud de Peiats para que en el plazo de un mes se pudieran presentar solicitudes que mejoraran la de este primer solicitante.

Tranvias de Burriana, cocheras junto al pla de Sant Blai, Archivo: Juan Peris Torner

Suponemos que no se presentó  alternativa al proyecto de Peirats, quedando éste como concesionario del tranvía, previa aceptación del pliego de condiciones particulares de la concesión y de la tarifa de un tranvía de sangre entre Burriana y la estación de la línea del Almansa-Valencia-Tarragona (posteriormente Norte). Ratificando la autorización el pleno municipal del  11 de julio de 1897.

El itinerario en vía única de ancho métrico, con una longitud total de 2.766 metros, a la que se añadiría su prolongación a Villarreal de 8.268 metros. La linea partía de la Plaza de San Fernando (Pla de San Blai) cercana a la situación de sus cuadras y cocheras.

La vía recorría todo el Camino al Mar hasta llegar a orillas del Mediterráneo, junto a la playa y el antiguo puerto. El material móvil, suministrado por la casa Lladró y Cuñat (Almacera, Valencia), estaba compuesto por dos coches con imperial, similares a los utilizados en algunas líneas hipomóviles de Valencia y un vagón cerrado para transporte de carga. El motor utilizado por este servicio durante toda su andadura fue el de sangre, mediante parejas de mulas dispuestas en troncos paralelos.

Tranvia de Burriana, en la plaza de San Blas, postal comercial, archivo Enrique Andres Gramage

Para su establecimiento se emitieron  5000 acciones de 50 Pts siendo el desembolso total de 250.000 Pts  emitidas por la “Sociedad Burrianense de Tranvías”, creada en 1891. Constituido su primer Consejo de Administración lo integraban  Vicente Peirats Rios,  Ramon Patuel Monserrat,  Francisco Tejedo Almela,  Bautista y  Manuel Monserrat Peris, actuando como Gerente  Hilario Patuel Monserrat

La concesión por 60 años, sufrió varias demoras en su ejecución, debido a la estricta inspección del facultativo de Obras Públicas de Castellón que hizo cumplir a rajatabla cuantas especificaciones del proyecto requirió su ejecución, solicitando varias prorrogas hasta que solucionados los inconvenientes se distribuye todo el carril y aparatos de vía, desembarcados en el embarcadero de la rada de Burriana el 13 de abril de 1897. La Revista de Obras Públicas nº 1141 del año 1897 indicaba la recepción de la 1ª sección de las obras, comprendidas entre la plaza de San Blas y el Grao.

Tranvia en el Grao de Burriana, postal comercial, archivo Enrique Andres Gramage

Según notas facilitadas por Enrique Andrés Gramage, se empleó carril tipo “Demerbe” de 18 kg/ml, suministrado por “Bolckow Vaughan & Cº Ltd” de Middlesbrough (Reino Unido). Recibido en la rada de Burriana el 13 de abril de 1897. Asentado sobre traviesas de madera en la parte de los caminos no adoquinados, y con traviesas y tirantes metálicos en la parte adoquinada.

La primitiva línea que unía el casco urbano con la estación del AVT, se prolongó en sentido contrario hasta el Grao de Burriana, siendo inaugurada finalmente el  20 de agosto de 1897. A lo largo de 3.800 ml de vía métrica

El tranvia en el Grao de Burriana, fondo : Juan Peris Torner

Existió un  proyecto para enlazar Burriana con Villarreal, del que la compañía fue concesionaria en 1903, ampliando capital en 1904 con la apetencia de electrificar la línea entre Burriana y Castellón, pasando por Villarreal, llegando a adquirir un salto hidráulico en el cauce del  rio Mijares, destinado al suministro de la energía eléctrica  necesaria.

Tuvo que luchar con la competencia creada el 8 de octubre de 1904, la Compañía del tranvía de vapor de Onda al Grao de Castellón al conseguir esta , el 8 de octubre de 1904 ,la concesión del ferrocarril de Villarreal al Grao de Burriana, con un trazado paralelo al de la Compañia Burrianense de tranvias

El 24 de junio de 1907 se inauguró el nuevo servicio ferroviario y, poco después, ante la nueva competencia, se suspendió la circulación de los tranvías, de modo que el 13 de julio de 1908 el Ministerio de Fomento declaró la caducidad de la concesión. Mediatizando la subsistencia de la primitiva concesión del tranvía de sangre, perviviendo hasta que llegada la competencia del OGC con su Ferrocarril de Villarreal al Grao de Burriana (ver, Tranvía a vapor de Onda al Grao de Castellón de la Plana y Ferrocarril de Villarreal á Burriana), la hizo insostenible abandonando la concesión  a Villarreal, en torno a 1907. Resultando poco rentable, se desmontaron los carriles en los años veinte.

Embarcadero del Grao de Burriana, al fgondo se aprecia el tranvia. archivo JPT

La continuidad del servicio llevó a la suspensión del mismo y consecuentemente a la caducidad. Una vez en manos del Estado, se publicitaron los anuncios para su nueva adjudicación, quedando desierta en tres ocasiones. En cuyo caso el 26 de noviembre de 1914 Fomento fue autorizado para la enajenacion en pública subasta del material e instalaciones fijas

Material Móvil:

Según datos tomados de la  Revista de Obras Publicas 1897, 44 tomo II  (1159) páginas 634 y 635, el material móvil estaba compuesto por :

Productos de la explotación

El anuario de 1916, del Instituto Nacional de Estadística, publicó los datos referentes a 1902, que suponemos serán del último ejercicio de esta compañía , donde se reflejan unos ingresos de 15.695 pesetas. Identica cantidad se refleja en el Anuario de los Ferrocarriles Españoles, E. de la Torre, año 1905, página 179.