Ferrocarril Trasversal del Principado de Cataluña

La “Compañía del Ferrocarril Trasversal del  Principado de Cataluña” (CFTPC) es una más, de las que con gran mira y ambición de ser llevada adelante, no tuvo el fin deseado. No obstante se llegaron a iniciar los trabajos de explanación en la parte sur de la línea, lo cual demuestra que se realizaron las oportunas expropiaciones. En vista de ello y por su peculiar gestación, hemos decidido incluirla dentro de este epitome ferroviario.

El asunto se inicia con la concesión otorgada a José Campderá Parés, el 4 de agosto de 1882 (Gaceta de Madrid, 10.08.1882) para establecer un ferrocarril llamado trasversal del Principado de Cataluña, entre Tarragona y Roses, con un itinerario que enlazaría: Tarragona, Valls, Igualada, Manresa, Vic, Figueres y Roses

Con la pretensión de enlazar este ferrocarril con los 13 ferrocarriles dentro de Cataluña, que se encontraban construidos o en fase de construcción. Con dos ramales propios:

a)    Balaguer á Valls

b)    La Junquera  á Figueras

Por supuesto que debería respetar las condiciones particulares de la concesión y ajustarse al proyecto presentado en la solicitud, aprobado por la Administración. En la R.O. de la concesión se especificaba que  se concedía por 99 años, sin subvención del Estado, pero con la declaración de utilidad pública a efecto de las expropiaciones necesarias para establecer la línea. El plazo de construcción concedido era de cuatro años, de manera que las tres secciones en las que se dividía el proyecto deberían iniciarse cada una en un año y quedar concluidas en el cuarto año.

El concesionario recabó las ayudas y adhesiones financieras suficientes que le permitieran la ejecución del proyecto, del que José Campderá Parés como director gerente e ingeniero, recabó ayudas y compromiso de suscripción de los títulos que se emitirían para llevarlo adelante, de las siguientes personas:

Estas adhesiones se presentaron en el acto de formación de la compañía el 7 de julio de 1883 en la notaria barcelonesa de José Fontañals y Arater, suponemos que convencidos de las bondades que les podría reportar la empresa. Decidieron constituir la “Compañía del Ferrocarril Trasversal del Principado de Cataluña” con un capital de 3.000.000 de pesetas, ampliables a 38.000.000 de pesetas. Estos primeros 3.000.000 de pesetas  se dedicarían a los gastos de replanteo, confrontación del proyecto y adquisición de terrenos. Estarían representados por 1200 títulos de 2.500 pesetas con una renumeración anual del 6 %. Decidiendo recabar ayuda a los Ayuntamientos y a las Diputaciones (Gaceta de Madrid, 03.08.1883)

En cuyo caso se decidió emitir las llamadas acciones de fundación, por división de los títulos en fracciones de 500 pesetas tomando el nombre de cedulas de fundación. Ello llevó a contemplar tres periodos bien diferenciados en la constitución del negocio:

a)    Fundación

b)    Construcción

c)     Explotación

En el periodo de Construcción, se arbitrarían  dividendos pasivos a medida que se cubrieran las secciones siguientes:

En cuanto a la explotación  de los 750 títulos suscritos, solo quedaron en cartera 450 sin suscribir. Puesto que José Campderá Parés aportó en el acto de constitución de la sociedad : el proyecto, la concesión, las subvenciones y terrenos obtenidos hasta la fecha, los trabajos de replanteo, y las suscripciones realizadas con su primer dividendo pasivo ingresado y depositado en el banco. Se le satisfarían 7.250 pts /km del proyecto en títulos y acciones liberadas.

El primer consejo de administración estuvo integrado por los siguientes señores:

La escasa documentación sobre esta compañía nos lleva a la consulta de varias hemerotecas, siendo la hemeroteca de La Vanguardia, en la que hemos centrado el seguimiento de la actividad inicial de la misma. Actividades que a lo largo del año 1883 se traducen en la confrontación del proyecto y en el inicio de trabajos de replanteo, cuya adjudicación se llevó a cabo el 16 de agosto de 1883, iniciando en Pont de L´Armentera las obras bajo la dirección del  jefe de replanteos Pedro Torres Bonet en abril de 1884. A la vez que la Junta Consultiva de Caminos aprobaba el 19 de febrero de 1884 el proyecto del Trasversal de Cataluña.  Entre Valls y Pont de L´Armentera  se iniciaron realmente las obras adjudicadas al contratista  Salvador Piera y Cía realizando en esta primera sección obras de desmontes, terraplenes y alcantarillas bajo la dirección del Jefe de Obra  Antonio Carbó, en enero de 1884.

Pocas y escasas obras se llevaron a efecto. Presentando una endeble tesorería, pese a que en Tarragona había conseguido  suscripciones de acciones por 350.000 pesetas, claramente insuficientes. Si a ello añadimos la  toma de la dirección de la compañía, en noviembre de 1886, por el Marques de Montolín para dar nuevo impulso a los trabajos, no fueron suficientes. Pese a que en marzo de 1887 se consiguió una subvención de la Diputación Provincial de Tarragona de 5.000 pts/km a la línea, hasta el limite de la provincia.

Ante la apatía de los capitales del país,  la Vanguardia del 14 de mayo de 1886, ya menciona la enajenación, traspaso o venta  del ferrocarril a un sindicato de inversores extranjero. Son los últimos  intentos para salvar una situación que entre 1883 y 1890  no fue capaz de levantar la adversa situación. Llevando a cabo inversiones de manera casi inexistente, la falta de tesorería y los apoyos fueron tan escasos, que en la Junta General, celebrada el 29 de noviembre de 1890 en los salones del Instituto Agrícola Catalán de San Isidro, se vieron obligados a tomar decisiones conducentes a la reorganización financiera de la sociedad, venta, transferencia de la concesión o liquidación de la misma (Gaceta de Madrid, 31.10.1890).

Por noticia de la Revista Ilustrada de Vías Férreas del 15.04.1893, conocemos que la Diputación de Tarragona, revocó la subvención que tenía concedida a la Compañía del Trasversal del Principado de Cataluña, siendo transferida por seis años a la de Tarragona, Valls y Balaguer.

No hemos localizado expediente de caducidad alguno sobre aquella concesión.