Publicada el: 24 / Jul / 2012
Etiquetas: "Aqueronte", "Estigia", "Fragua", "Martillo", "Pedro I", Anselmo Adiego Fernández, Bernardino Rolandi Pera, Ignacio Molina Gómez, José Maria Ceballos de La Lastra, San Antonio, Societé de Forges de Firmilly
Las explotaciones de mineral de hierro, situadas en la Montaña de las Peñas Blancas , aglutinaban las concesiones «Aqueronte» , «Estigia», «Pedro I», «Martillo», «San Antonio» y «Fragua» , entre otras.
La explotación de estas concesiones mineras , conjuntamente con otras de la zona, corrió a cargo desde 1884 de la sociedad francesa : Societé de Forges de Firmilly, cuya actividad se centró inicialmente en la mina «Fragua».
La situación a 628 ml de altitud, requirió establecer un primer plano inclinado de 883 ml de longitud , situando el mineral en la base a 3 Kms de la Playa de La Calera, hasta donde era transportado a lomos de caballerías. La red Minera interior era de 600 mm de ancho.
En el resto de las minas se disponia de un muelle de embarque, entre ellas en Aqueronte donde se embarcaba el mineral en una escasa linea de 600 mm de ancho hasta el muelle de embarque. En tanto que la Mina Estigia, contó con un cable de transporte de 2.500 ml hasta el punto de embarque.
Estas minas se cerraron en 1915 por efectos de la segunda guerra mundial. Restituyendo una cierta actividad hasta que fueron cerradas en la época de la 2ª Republica.
Reabiertas el 7 de noviembre de 1951 por la sociedad madrileña «Minas de La Calera , S.A.», sociedad promovida por : Ignacio Molina Gómez, Anselmo Adiego Fernández y José Maria Ceballos de La Lastra, con un capital de 5.000.000 pts en 1000 acciones de 500 pesetas. De las que 4.000.000 de pesetas se le adjudicaron a Ignacio García Gómez, por sus derechos de concesionario del cable de la Mina Estigia, siendo a su vez nombrado Presidente del Consejo. Otras 900.000 pts fueron aportadas por Anselmo Adiego Fernández y las 100.000 pts restantes por José María Ceballos.
La dirección de la explotación se confió al ingeniero de minas Bernardino Rolandi Pera, apostando por la modernización de los medios de producción, entre ellos en la mejora del cable y la construcción de un muelle embarcadero de 6 ml x 70 ml con vias de 500 mm y placa de cambio de sentido, solicitado a la Administración el 11 de febrero de 1952, Dicho embarcadero atravesaba el final de la playa, mediente una banqueta de 30 ml de mampostería y otros 40 ml en el mar. Completando el servicio una nueva tolva de embarque y una cinta transportadora hasta las gabarras de carga.