Publicada el: 29 / Abr / 2012
Etiquetas: Alberto de Palacio Elissage, cargadero del Piquillo, Chavarri Hermanos
Línea de 3 kms y 750 mm de ancho, uniendo las minas del Hoyo (Musques) con Ontón . Cuya concesión data de 1894 , explotada por la compañía Chavarri Hermanos, para dar salida al mineral desde la Mina “Celedonia” hasta los cargaderos en el Cantábrico. El terreno sobre el que se asentó la línea era llano hasta el Covarón, donde actuaban varias compañías mineras, construyendo en Rebombal una pequeña presa en Las Mieres que servia conjuntamente para realizar el lavado del mineral y para dotar de agua a las locomotoras.
Desde los lavaderos del monte Las Mieres se bajaba hasta el mar a través de un túnel de 60 ml, en la ensenada de Ontón hasta el Piquillo donde se encontraba la estación y la playa de vagones que rendían en el cargadero tipo Cantaliver montado en 1896 sobre un proyecto del ingeniero Alberto de Palacio Elissague, desarrollado a partir de 1890 en los Talleres de Miravalle. El Cantaliver-cargadero del Piquillo tenia una envergadura de 101 ml de los que 61 ml volaban sobre el mar a 17 ml de altura, siendo su peso de 400 Tm (ROP nº 1300 año 1900)
En la misma zona otras compañías mantenían ferrocarriles de muy distinto ancho, como la “Compañía José Mac-Lennan de Minas”, que transportaba su mineral al cargadero de Poveña, mediante un ferrocarril de vía métrica y desde las Minas de “El Carrascal” hasta la línea principal del cargadero, la misma compañía disponía de un ferrocarril de 500 mm de ancho.
En 1894 , y según noticias de la ROP nº 5 del siguiente año, entre El Hoyo de Musques al Hontón se transportaron 200.000 Tm de mineral.
Esta Sociedad procedió a la emisión de 10.000 obligaciones hipotecarias con interés de 7 % anual y amortizables por sorteo en diez años, o antes si así conviniere a la Compañía, siendo la primera amortización la de 31 de Diciembre de 1921.
La suscripción de estas obligaciones se efectua a la par, siendo los títulos de 50 pesetas cada uno, con cupón de vencimiento 30 de Junio de 1921 , estando garantizados el capital e intereses de esta emisión con primera hipoteca voluntaria sobre las minas y demasías, así como sobre los edificios, maquinarias, ferrocarril y demás bienes y derechos de la Sociedad.
Desde luego, estas obligaciones son una buena inversión por ei iaterés que ofrecen; pero
creemos que la Sooiedad hubiera estado más acertada emitiendo acciones, porque los valores mineros se ven con cierta desconfianza, debido, a que las garantías que ofrecen las industrias de esta clase son dificilísimas de valorar y están sujetas a sensibles depreciaciones.
A partir de la posguerra se sustituyó la tracción vapor empleando pequeños tractores de 17 Cv con motor de gasolina
En 1975 se cerraron las minas.